¿Te imaginas una pintura ecológica que hiciese el mismo efecto que las hojas de los árboles de un bosque frondoso?
¿Cómo reducir el tiempo de rescate cuando se asiste a una persona que se está ahogando? Adrián Plazas y su socio Enrique Fernández dieron con la clave: el primer dron de vigilancia made in Spain, que asiste al rescate en solo 6 segundos.
Lucía Martín.
Hay personas que no pueden vivir lejos del mar, es como si esa masa infinita de agua formase parte de su anatomía y que la lejanía representase casi como perder un miembro. Algo así le pasa a Adrián Plazas, cofundador de General Drones. Plazas reconoce que el mar “Es como la raíz de mi existencia, como mi compañero o guía de viaje, no sé por qué. Siempre que he viajado a otros países he intentado estar junto al mar”. El mar que le calma, que le relaja, en el que trabaja y que incluso, lleva en su nombre: Adrián proviene del mar Adriático y significa “llegado del mar”.
Quizás Adrián fue pez en otra vida, pero nadie duda de que en esta también lo es, porque su historia gira en torno al Grand Bleu. Ingeniero Industrial, fundó General Drones en 2015 y ha desarrollado junto a su socio Enrique Fernández, AuxDron, el primer dron de vigilancia, aviso y rescate desarrollado en nuestro país. El dron asiste al rescate en tan solo 6 segundos y también refuerza la vigilancia en playas, cuenta personas mediante inteligencia artificial y es capaz de mandar mensajes a través de un altavoz.
Un suceso trágico en una operación de salvamento con motos de agua le llevará a crear su empresa de drones.
Pero vayamos a los inicios de esta historia: Plazas es valenciano y vive en una casa, ya lo habrán adivinado, no muy lejos del mar. “Siendo adolescente, viniendo con mis amigos a la playa, empecé a ver a los equipos de salvamento, a los socorristas… me llamaba mucho la atención”, afirma. De hecho, con tan solo 14 años le tocó salvar a su hermana, tres años menor que él, de un ahogamiento en el mar. Acabó sacándose el título de socorrista y empezó a dedicarse a ello: “Una vez que entré en los equipos de salvamento, estuve 11 años trabajando. Empecé como socorrista, después como patrón de embarcaciones, coordiné playas y, finalmente, estuve como técnico de playa en un ayuntamiento, gestionando todo el servicio. Me gustó tanto que me derivó a la docencia, ejerciendo como profesor de salvamento durante 6 años”, explica. A su futuro socio lo conoce, cómo no, trabajando en la playa.
El origen de todo.
Plazas termina la carrera y empieza a trabajar en una multinacional, pero pronto se percata de que aquello no es lo que le hace feliz. Un suceso trágico en una operación de salvamento con motos de agua le llevará a crear su empresa de drones: “A Quique y a mí nos gustaba quedar y sacar la embarcación. Un día hizo muy mala mar y en el mismo sitio donde me ocurrió lo de mi hermana vimos una cabecita pequeña: era un niño de 10 años”. Al niño le rescataron, pero se percataron de que había en otra zona una mujer mayor con problemas. “Avisamos por la emisora y nos dirigimos hacia ella a toda velocidad, pero en el transcurso, vimos cómo dejó de moverse. Llegamos, recogimos a la mujer, la subimos a la camilla y de camino a la orilla Quique me dice: «Adri, ha entrado en parada cardiaca. Aviso al médico, aviso al que era mi coordinador en esos momentos y llegaron rápidamente, pero… no la pudimos salvar. Esa fue la primera vez que sentí que no teníamos el superpoder de rescatar. Nunca había visto a nadie morir delante de mí”.Y es de esas cosas que no te puedes quitar de la cabeza en todo el día, y piensas: «Aquí falta algo».
Tan solo en 6 municipios sus drones hicieron 37 rescates reales.
Y así, uniendo la experiencia con drones de Quique y sus conocimientos de ingeniería ve la luz General Drones: “Nuestro primer servicio fue en 2017, en la playa de Puerto de Sagunto. En 2018 ya estuvimos en dos playas. En 2019 estuvimos en 10 municipios. El año pasado, en 2020, ya conseguimos romper y estar presentes en 11 municipios con nuestro aparato y concluimos con 37 rescates reales en total; y son 37 propósitos por los que nació el proyecto. Lo que conseguimos con los drones de rescate es recortar los tiempos de actuación, llegar mucho antes a esa persona que tiene problemas, soltar un flotador que cuando cae se hincha. Una vez lo coge, se puede esperar al equipo de salvamento (ya sea una moto de agua o un socorrista que llegue a nado), pero ya está a salvo. Esa persona ya se puede poner el flotador y dejarse llevar. Esa es la clave”, detalla.
“Todos y cada uno de los rescates alimentan a nuestro equipo (formado por 23 personas). Saben que los drones que fabrican están rescatando personas, eso les nutre y llena de orgullo”. A ellos y a él, y no es para menos.