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La Fundación Gomaespuma nació como respuesta a la actitud solidaria de la audiencia de un programa de radio mítico y para el fomento de la educación entre los grupos sociales más desfavorecidos en cualquier parte del mundo. Tiene proyectos activos en Sri Lanka, Nicaragua, Filipinas, España y ahora también en Ucrania debido al conflicto.
Natalia Quiroga.
Quizás solo el tiempo nos otorga la capacidad para valorar cuando algo ha marcado realmente un antes y un después en, por ejemplo, la forma de ejercer una profesión o un modo de vida. Hoy podría decirse sin titubear que Gomaespuma, el programa radiofónico liderado por Juan Luis Cano y Guillermo Fesser, logró revolucionar las ondas radiofónicas con una innovadora manera de mezclar el tono cómico con la información y, como explican ellos mismos: “una forma de estar en la vida”.
Hoy es un género habitual en radio y televisión, pero entonces no lo era. Los dos periodistas, que habían encontrado en la cafetería de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid su laboratorio particular para dar rienda suelta a sus ideas, crearon un formato innovador que aspiraba a contar la realidad a través del humor. “El humor en Gomaespuma era como el azúcar en la cucharilla de Mary Poppins, o sea, para que entre bien la medicina”, explica Guillermo. “Estábamos hablando de temas muy serios, pero estábamos haciéndole la vida agradable a la gente que estaba escuchando los temas serios”, añade.
El programa se mantuvo en antena más de 25 años, entre 1977 y 2002, además de los reencuentros posteriores en radio, en televisión y en los libros, pero su esencia nunca dijo adiós. “Nunca nos separamos, sino que dejamos el programa. Para nosotros Gomaespuma es una manera de ver la vida, una manera de interpretarla y de hacer las cosas, de hacer nuestro trabajo. Y como Gomaespuma somos nosotros, porque es nuestra manera de ser, pues irá con nosotros hasta el final. Digo yo, vamos”, puntualiza Juan Luis.
Otra forma de implicarse con la realidad.
Una entrevista con Juan Luis y Guillermo es abrir un diálogo con todos los elementos que aparecen por escena en ese momento. Cualquier sonido imprevisto —suenan recurrentemente las sirenas durante esta entrevista— es el gancho para un comentario, para una historia, para una forma de interpretar lo que ocurre. Con esa idea narrativa de contar la vida con todos sus matices y registros, Gomaespuma recorrió a lo largo de su andadura distintas zonas de conflicto como la guerra de Kosovo o emergencias como la del huracán que asoló República Dominicana en 1998, India o Mauritania.
De manera casi natural, la implicación con las personas que conocían en esos viajes, les llevó a remangarse y tratar de ayudar. Contar la realidad para, un poquito, también hacerla mejor. “Una vez que sacas el programa a esos lugares del mundo, te das cuenta de lo que pasa e intentas echar una mano allá donde vas, no al revés. Una cosa es consecuencia de la otra”, explica Juan Luis.
La primera vez fue en Cuba, 1995, llevaron 100.000 juguetes que distribuyeron ellos mismos por diferentes escuelas de la isla. Guillermo habla de unas orejas de conejo y de una foto que le cambiaría la vida. “Recuerdo el camión, uno de los camiones repletos hasta arriba de juguetes, con un conejo así de grande de peluche, que sobresalía por encima. En el colegio, todos los niños estaban perfectamente uniformados, limpios, peinados a raya, esperando la llegada y de repente, a una niña muy pequeñita, se la abrieron los ojos y con una sonrisa de oreja a oreja, dijo: “¡El conejo, el conejo!”. Esa foto de esa niña a mí me cambió la vida”.
En 1996, el programa llevó 15 toneladas de leche maternizada a Serbia, para las madres que la habían perdido como consecuencia del shock traumático de la guerra; al año siguiente, en Mauritania, apoyaron el trabajo de oftalmólogos para devolver la visión a personas que no podían ver; tras el huracán que asoló República Dominicana en 1999 distribuyeron colchones y alimentos entre la población afectada… Y así, un largo etcétera que continúa hoy con proyectos de cooperación en Sri Lanka, Nicaragua y Senegal con los que buscan mejorar la vida de los niños y las niñas más vulnerables a través de la educación.
Para Guillermo y Juan Luis, Gomaespuma es absolutamente inseparable de la Fundación porque la búsqueda de la justicia social siempre ha estado en el ADN de su proyecto periodístico. Se acabó el programa de radio, pero su labor social continúa hoy con proyectos que ponen el foco en la educación en Filipinas, Senegal, Nicaragua, Sri Lanka… “Yo creo que la Fundación es una manera de rentabilizar los esfuerzos. Como periodista vas conociendo a gente muy interesante, gente que tiene iniciativas apasionantes, gente que está haciendo proyectos maravillosos y en lugar de saludarles, «bueno, pues oye, qué maravilla, ya a ver si nos vemos», dices «chato, para la Fundación». Y entonces vas canalizando todos esos esfuerzos que te valen para empujar en una misma dirección”, añade Guillermo.
Separados por un océano y desde dos continentes distintos (Guillermo vive en Estados Unidos y Juan Luis en España), los dos amigos y compañeros de profesión siguen totalmente enganchados a las ganas de ayudar. Acaban de lanzar en España el proyecto “Think Equal”, un programa piloto de educación socio emocional que arranca en 25 colegios de Madrid con el fin de escalarlo a toda España.
Ahora, debido al conflicto armado en Ucrania, la Fundación Gomaespuma también ha querido involucrarse ayudando en diferentes acciones. Algunas de ellas son el traslado de personas refugiadas desde la frontera hasta diferentes puntos de Polonia donde se encuentran sus familias y la entrega de materiales en orfanatos de Ucrania.
Lejos de parar, quieren seguir arrimando el hombro para hacer la realidad, con todos sus matices, más humana y más justa. “El humor es la capacidad de entender que tú no eres nadie, más que uno más, y tener modestia. Y esa modestia hace que los de al lado te vean como uno más, que te traten mejor y tu vida sea más agradable. Luego no es una cosa para empatar a nadie, sino egoístamente es una fórmula para que tu vida sea más agradable. Y de paso, se la haces a los demás”.